domingo, 19 de agosto de 2012

Soleras.

Por este término, entendemos las distintas formas de recubrimiento del piso o suelo interior de las chozas. La mayoría de estas construcciones no disponen de cimentación, pero si se planteaba un aislamiento, en mayor o menor medida de la humedad del suelo, realizando la conveniente nivelación del terreno y la reorientación de las escorrentías de la lluvia.

A lo largo de las distintas chozas ya catalogadas e inventariadas, se ha podido comprobar que muchas de ellas sólo se solaban con tierra apelmazada, que se regaba para aplacar el polvo. En ciertos casos, se incorporaba estiércol y en otros, tierra almagra roja. Ambas variantes en la zona de la Vega y Las Colonias, ya en la Depresión del Guadalquivir. También aparecen algunos casos con la roca madre tallada y encalada, como el caso de la “Casa Bóveda” en Alcaracejos.

Era muy frecuente también, el recubrimiento con losas o lajas de piedra (granito y pizarra), especialmente en Los Pedroches. También el empedrado con guijarros o cantos rodados, cuyo trabajo era bastante laborioso.

Solera enlosada (La Jineta, Fuente Obejuna).

Pizarra y recuadro de ladrillo (La Solana, Belalcázar).

Guijarros y ladrillo (La Alcantarilla, Belalcázar).

Canto rodado (La Dehesilla, Guadalcázar).

Finalmente, destacar la incorporación del barro cocido. Son muy variadas las formas de solado con ladrillos macizos, siendo estos de diferentes formatos y tamaños (cuadrados y rectangulares). Con ellos, se realizaban dibujos o composiciones, dependiendo de la manera de aparejarlos: a espiga, encestado, etc. Cabe destacar también, en algunas chozas, como se diferenciaba mediante un marco de ladrillos la zona del hogar, justo en el centro de las chozas del tipo mixto circular, con un arco empedrado en torno a la chimenea, en las del tipo de cúpula semiesférica, o combinaciones de empedrado con ladrillos.


Ladrillo cuadrado (La Alcantarilla, Belalcázar).

Ladrillo a encestado (La Montesina, Fuente Obejuna).
Comentar, que aunque muchas de estas chozas aún se mantienen en pie y son apreciables todos sus detalles constructivos, en otros casos, en las que se encuentran ruinosas o desplomadas, poder averiguar el tipo de solería, resulta complicado con una primera inspección visual. Sería necesario una limpieza o pequeña excavación para llegar al nivel original del suelo.

2 comentarios:

  1. Este post me ha recortado lo que mi abuela contaba sobre las chozas en que vivió durante la posguerra, sobre todo el tema de "la solería" del interior, que no era más que tierra aplastada. Muy buena entrada.

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