En general, las chozas rectangulares a cuatro aguas son una solución que optimizaba el esfuerzo constructivo, pues con una altura mínima de materiales de obra, consigue espacios relativamente grandes. Por el contrario requiere de más superficie y estructura de cubierta. Sus paramentos, se pueden encontrar realizados enteramente de piedra, en piedra-tapial o sólo tapial.
Particularmente, las que mezclan piedra y tapial, estaban hechas con zócalos de piedra tosca tomada con barro, en una altura de entre 60-70 cm. Posteriormente, los muros se elevaban hasta 1.50 m. con tapial, siendo reforzadas las aristas, con piedras trabadas. Se daban en ciertas zonas de Sierra Morena, especialmente en La Sierra y dentro del término de Villaviciosa de Córdoba, donde no solamente se utilizaba esta técnica en las chozas, igualmente se construían casas tejadas, tapias y cercados. También aparecen por Valsequillo, del Alto Guadiato, y en Santa Eufemia, al norte de Los Pedroches, donde hemos registrado el empleo de adobe, es sustitución del tapial. Desgraciadamente, no se conserva ninguna completa, pues tras degradarse la cubierta, el muro de tapial queda expuesto a la erosión y desaparece.
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Recreación de esta tipología. |
Otros autores, reseñan que los rancheros serreños construían sus viviendas dependiendo del tiempo que fueran a permanecer en una zona. Para un uso prolongado, hacían chozos de tapial y cubierta de monte sobre una estructura de palos que descansaban sobre uno o dos troncos a modo de pilares sustentantes.
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Choza retejada en Guadalméz (Ciudad Real). |
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Tapial calzado sobre zócalo de piedra. |
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Adobe calzado sobre zocalo de piedra. |
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