miércoles, 30 de agosto de 2017

Techado de paja ripiada (I).


Si buscamos el término ripiar encontraremos entre otras definiciones, las que se refieren al trabajo con fibras vegetales. Estas, describen una manera de ordenar, golpear y preparar vegetales para posteriores trabajos artesanales, como la elaboración de sombreros. Curiosamente en ningún caso aparece en relación al techado de cubiertas.




En las diferentes entrevistas realizadas a algunos informadores que conocían esta técnica en distintas zonas de la provincia de Córdoba, se desprende que los  términos acuñados por ellos  (ripiar, ripiado) hacen referencia al método que aprovechaba los restos de la cosecha de cereales tanto para el recubrimiento de almiares como chozas.

Grandes chozas de tapial en la término de Córdoba.

Almiar en el término de Alcaracejos.

Hemos documentado su empleo expresamente en localidades como Castro del río, Guadalcázar y Pedroche. Donde tanto hortelanos, agricultores como pastores construían sus chozas de muy diversas tipologías y usos.




Restos de una choza de cubierta de paja en Castro del Río.





Nueva choza de paja en Pedroche.



PROCESO DE TRABAJO


Tras la siega de los trigos, se rastrillaban y recogían todos los restos de paja de los campos que habían quedado desordenados tanto en longitud de caña como en orientación.

Luego, se alineaban en una especie de "almorrones" sobre el suelo, peinándolos con una horca para que quedaran ordenados y homogéneos. De esta manera, las cañas dobladas se ponían derechas y los trozos excesivamente pequeños se desprendían.

Posteriormente se mojaban con agua para que el material se ablandara y apelmazara. Se dejaba una noche y luego se empezaban a cortar  segmentos de unos 50 cms de anchura y 70 cms de longuitud. Con la ayuda de un "berduguillo", un simple palo con una cuerda atada en su extremo se ataban estas "pañetas" o "pareas" para que al subirlas hasta el techo no se deshicieran.




Es esta una de las técnicas de techado de cubiertas que aún no había experimentado. Precisamente estoy poniendo en práctica este método en la construcción propia de una choza actual, en la que llevo ya tres años trabajando.

En la siguiente secuencia de imágenes se aprecia el proceso de techado empleado, desde la siega hasta su remate.























La especie utilizada ha sido el "triticale" de la variedad Trujillo, un híbrido entre trigo y centeno que produce bastante paja. En nuestro caso, hemos segado principalmente con guadaña haciendo haces y gavillas donde la paja no quedara muy desordenada. La espiga no ha sido desprendida, desgranándola solo un poco a base de golpear los haces.



Continuará...