viernes, 30 de diciembre de 2011

Choza de Valdedamas (Hinojosa del Duque).

Ref.: HIN-16
Coordenadas huso UTM: 30 S x.309271 y.4262844
Término municipal y comarcas: Hinojosa del Duque, Los Pedroches (Sierra Morena).
Choza circular de cúpula semiesférica, localizada en el paraje de “Valdedamas”, “Arroyo de la Viña” y “Lote de Los Barrancos”. Su uso original debió ser, albergue de ganaderos y su antigüedad exacta es desconocida, aunque parece anterior a 1956, siendo probable un mínimo de cien años, según su propietario. Su estado de conservación es excelente, siendo utilizada actualmente como almacén.


Recreación de su estado original.

Entre sus características y técnicas constructivas, destacar que su planta circular se asienta semiexcavada en una suave ladera, dispuesta dentro de un redil cercado. Los paramentos son de piedra tosca (pizarras y granitos) tomada con barro. El muro exterior estuvo enfoscado con mortero de cal y la solera original queda cubierta por la actual. La cubierta es realizada con cúpula semiesférica de ladrillo macizo. Exteriormente tiene un alero de pizarra.  El vano de la entrada (dintel y jambas), está realizado con agujas de granito, teniendo actualmente un peldaño para acceder; igualmente dispone de una puerta de hierro. Posee una potente chimenea con el tiro inserto en la cúpula. En cuanto a sus reformas, entre 1986 y 2004 fue enfoscado con cemento y blanqueado, restaurándose la chimenea y solándose con terrazo moderno.

Aspecto actual de la choza.


Otra vista exterior.

Planimetría: planta exterior: 4.20 m. diámetro; planta interior: 2.93 m. diámetro; ancho muro: 0.65 m.; alturas: exterior: 3.45 m.;  alero: 1.65 m.; interior: 2.60 m.; entrada: 0.73 x 1.50 m.; otros elementos: hueco del tiro: 0.50 x 0.50 m.; medidas exteriores del tiro: 0.94 x 1.50 m.; orientación de la entrada: E;  orientación de la chimenea: S-E.

Plano (planta y sección).

Observaciones: originalmente, no existía ningún otro elemento arquitectónico en el entorno, vinculándose actualmente a una explotación ovina, donde existen también diversas parcelas de recreo. Haciendo un repaso por las fuentes documentales, no aparece en la cartografía de 1916 (IGN). Ya se refleja su ubicación en el vuelo americano de 1956 y en la cartografía de 1968 (IGN). Es estudiado en 1986 por el arquitecto Arturo Ramírez Laguna, que lo denomina “chozo de casal”. Este autor aporta fotografía y un dibujo acotado. Recientemente fue inventariada y fotografiada por la antropóloga Mónica Alonso. En la visita realizada para su catalogación, encontramos algunos elementos de ajuar y mobiliario: una artesa y máquina para embutidos, cesto-huevera de junco, sillas, banquillos, aro para llevar cantaros en la cabeza, útiles para encalar, así como manojos de poleo seco.

Colaboradores: Casto Moraño Barbero (ganadero),  Mónica Alonso (Consejería de Cultura, Junta de Andalucía), Manuela Moreno Ramos (ADROCHES), Fernando Díaz y Francisco Buenestado.

Fotos y dibujos del autor.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Hinojosa del Duque.

Este municipio conserva un rico patrimonio  relacionado con la arquitectura de los refugios pastoriles y agroganaderos, presentando unas variadas tipologías e interesantes aspectos etnográficos relacionados con ellas. Las referencias más antiguas documentadas, las encontramos, como no, en la publicación de Manuel Cabronero[1], donde se hace inventario de las entidades de población y sus tipos de construcciones, citándose para este término 70 albergues a finales del siglo XIX. Entre estas particularidades, destacan los usos que tuvieron estos pequeños asentamientos de población. Este autor cita las relacionadas con el ferrocarril, la agricultura, la huerta, la ganadería y la curtición, indicando las siguientes localizaciones y su composición en 1887:

El Jardoso”. Cita “casa de labor y albergue de trabajadores”. Actualmente aparece el topónimo como “Cortijo del Jardoso”, con dos localizaciones muy próximas entre sí.

El Mármol”. Cita “casa de la línea ferroviaria y albergue de trabajadores” vinculada a la línea Córdoba - Almorchón.  Mas tarde, se citan dos chozos, en referencia topográfica de 1916[2]. En 1956 se intuyen en la ortofoto[3], multitud de construcciones secundarias, como posibles chozos en torno a la casa principal. Actualmente se conoce el paraje como “Casas del Mármol”.

Pozo de los Médicos”. Cita “casa de labor y albergues de trabajadores”. Actualmente, no hemos podido localizar el enclave con seguridad, apareciendo algunas referencias topográficas similares como el “Cerro de Los Médicos” y el “Arroyo del Pozo del Rincón”.

La Tenería”. Cita “tenerías, casillas de huerta y albergues de ganaderos”, siendo su localización aún desconocida.

Trampa”. Pascual Madoz[4] cita este lugar en 1845, sin indicación de poblamiento. En 1887 se refiere en el lugar “casa de labor y albergues de trabajadores”. Por otro lado, un informador anónimo refiere haber conocido algunos “chozos de casal” en esta zona, habiendo dormido en ellos en alguna ocasión. Ahora parecen ya haber desaparecido.

Hasta hoy, han llegado diversas construcciones diseminadas por las distintas fincas  denominadas localmente “lotes y quintos”, de su extenso término municipal, entre las que hemos de destacar los llamados “chozos de casal”, atribuibles a los circulares cupuliformes enteramente de piedra y ladrillo; de los que Arturo Ramírez Laguna[5] ya comentaba: “al parecer estos chozos eran fabricados a iniciativa del dueño de la finca para invitar al majadeo de ella”, y que otras fuentes orales consultadas atribuyen a los mixtos de cubierta cónica. Este mismo autor, diferenciaba tres variantes: Los citados “chozos de casal”, las “chozas” de plata rectangular y construcción mixta de piedra y cubierta vegetal a dos aguas; y los pequeños “chozos” vegetales.

Choza de Valdedamas, fotografiada hacia 1986 por Arturo Ramírez Laguna.

En la investigación llevada a cabo durante los últimos años, he inventariado algunas chozas muy interesantes en diferentes estados de conservación: como las localizadas en “Valdedamas” y el “Lote de Los Barrancos”, de bóveda semiesférica. Otras de cubierta tejada sobre cúpula como las de “La Vega” y “Los Caños”. Las de “Lote Ropera” y “Trapillejos” de cubierta a dos aguas. Y otras muchas de tipología mixta con cubierta cónica vegetal, como las del “Lote de Las Niñas” y “Humañas” aún conservadas, y otras desaparecidas como las de “La Barquera” y “Orcajo”.


Choza del Lote Ropera.

Por otro lado, existen multitud de referencias orales y documentales a este tipo de albergues en los topónimos de “Cártama”, “Choza Redonda”, “Quintilla”, “El Contravandista”, “Chozo del Fraile”, “Las Pocitas”, etc. Igualmente, algunos ganaderos hacían otras enteramente vegetales de grandes dimensiones (hasta 10 m. de longitud), como las documentadas por la informadora Presentación Nebado Granados en el “Valdihuelo”.



[1] CABRONERO Y ROMERO, M. (1891). Resumen por ayuntamientos de todos los edificios y ... Hinojosa del Duque (pag. 83).
[2] INSTITUTO GEOGRÁFICO Y CATASTRAL (1916). Hoja 857 (Valsequillo).
[3] CONSEJERÍA DE MEDIO AMBIENTE, JUNTA DE ANDALUCÍA (2008). Ortofoto de Andalucía, vuelo americano de 1956.
[4] SÁNCHEZ ZURRO, Domingo (ed.) (1987). Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de Andalucía (Córdoba). Pascual Madoz (1845-1850). (pag. 179). Dice: “hace unos 6 años que se dio a censo en suertes a varios vecinos de la villa una dehesa montuosa del caudal de propios, llamada de la Trampa, que constará de 800 fanegas de tierra, en la cual dista ¼ de legua al Sur de la población”.
[5] (RAMIREZ LAGUNA, 1986). Dice: “Existen algunos casos de chozos permanentes, algunos cerca de Hinojosa…”, pag. 294.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Los Blázquez

En 1887, Manuel Cabronero[1] da únicamente 8 albergues de esta tipología en su término. No se conoce con exactitud si en las aldeas, ya desaparecidas de “La Esparragosa” y “Los Prados”, pudieron existir algunas de estas chozas entre sus casas tejadas. En el estudio llevado a cabo actualmente, sólo se han podido documentar dos referencias; una choza de cubierta vegetal en los alrededores del pueblo, que según diferentes informadores (Luis Toscano Otero y Manuel Pulgarín), coinciden en haber visto hacia 1980 y más recientemente. Igualmente, se conserva una de las construcciones mejor conservadas del tipo circular y cúpula semiesférica tejada; el llamado “Chozo Blanco”, que tiene mucha similitud con ciertas construcciones extremeñas y de Hinojosa del Duque en Los Pedroches.
Paraje del "Chozo Blanco" en Los Blázquez.


[1] CABRONERO Y ROMERO, M. (1891). Resumen por ayuntamientos de todos los edificios y albergues. Los Blázquez (pag. 83).


sábado, 24 de diciembre de 2011

Chozo Blanco (Los Blázquez)

Ref.: BLA-02.
Coordenadas huso UTM: 30 S x.280247 y.4259178 
Término municipal y comarcas: Los Blázquez, Alto Guadiato (Sierra Morena).
Gran choza circular de cubierta tejada, localizada junto al Río Zújar en el paraje de “Castiblanco”, “Encinarejo” y “La Membrillera”. Debió ser utilizada como albergue de pastores desde siempre, aunque su antigüedad exacta se desconoce. El estado de conservación es excelente, faltándole únicamente la puerta de entrada.


Recreación de su estado original.

Se trata de una construcción enteramente construida con materiales minerales (piedra y barro cocido). Su planta circular se asienta de forma aislada en una amplia llanura. Los paramentos son de piedra tosca (cuarcita) y ladrillo macizo tomados con barro, estos últimos principalmente en las jambas. Tanto exterior como interiormente todas las paredes aparecen enfoscadas con mortero de cal. La cubierta se plantea con una cúpula semiesférica de ladrillo puesto de cabeza, que en su interior parece enlucida con yeso. Todos los revoques debieron de estar encalados con cal, de ahí el nombre citado para esta construcción. La solera sólo disponía de una tierra apisonada de color amarillo, salvo en la zona de la chimenea, donde se observa un empedrado grueso que la rodea en forma de arco.

Dos vistas del exterior de la construcción.
Exteriormente, la cúpula se cubre con cuatro aguas de teja árabe, con unas 16 hileras por vertiente, que vuelan sobre un alero de ladrillo. Como remate tiene un paralepípedo apuntado.  Dispone de una chimenea con marco de madera y tiro exterior; igualmente se aprecia un pequeño ventanillo totalmente abierto que debía de servir para regular el tiro del humo. Diversos mechinales se reparten por todo su perímetro, sin conocer exactamente su utilidad; tiene una hornacina a ras del suelo con tres rollizos de madera a modo de dintel, así como una percha de madera.

Originalmente, la cúpula pudo estar sin el recubrimiento de teja, ya que se aprecia un recrecimiento sobre del muro de piedra, realizado únicamente con ladrillo macizo a partir de dos metros de altura. Más recientemente, el dintel y la chimenea fueron reformados con ladrillo hueco y hierro.

Otras dos vistas interiores.

Planimetría: planta exterior: 5.70 m. diámetro; planta interior: 4.50 m. diámetro; ancho muro: 0.60 m.; alturas (alero): 2.50 m. (interior): 3.50 m. (intradós): 1.25 m.; entrada (exterior): 0.75 x 1.42 m. (interior): 0.95 x 1.60 m. (marco chimenea): 1.40 m.; otros elementos (hornacina): 0.68 x 0.63 x 0.38 m., (hueco ventilación): 0.13 x 0.11 x 0.60 m., (marco chimenea): 0.57 x 1.03 m. (ladrillos macizos): 12.5 x 24 x 5 cms.; 19 x 13 x 5 cms.; orientación de la entrada: SE.



Plano I (planta y sección).


Plano II (vista de la cubierta).
Observaciones: En las fuentes documentales consultadas (cartografía histórica del Instituto Geográfico Nacional), no aparece indicación alguna hasta 1970, aunque en la ortofoto del vuelo americano de 1956, si que se aprecia. El topónimo de “Chozo Blanco”, únicamente se ve reflejado en la cartografía de la ortofoto-2007 del SIGPAC.
Colaboradores: Eusebio López y Mónica López.

Fotos y dibujos del autor.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Prehistoria.

El carácter nómada de los primeros grupos humanos del Paleolítico Medio, condiciona un tipo de refugio improvisado y sobre todo de poca durabilidad. Las pequeñas cabañas se hacían para un aprovechamiento estacional de la caza, siguiendo a los animales (bisontes, caballos, etc.) en sus movimientos migratorios. La planta circular y los volúmenes cónicos o semiesféricos eran el sistema mas rápido y sencillo para la construcción de un refugio temporal.

Ya en el Neolítico y la Edad de los Metales se inicia un cierto grado de sedentarización en las actividades humanas; las formas de población se dan en hábitat disperso, diseminándose por el territorio y en confluencia en torno a construcciones megalíticas de carácter funerario. Estos “dólmenes” cumplían una función de cementerio comunitario y de cohesión social. Junto a los más importantes, (conjunto de Antequera, Valenciana de la Concepción, Rota, etc.) aparecen restos de grandes cabañas y silos de grano. Son frecuentes en Andalucía durante el Calcolítico y Eneolítico (Edad del Bronce), cabañas circulares u ovaladas realizadas en seco con piedras irregulares y tapial, que se revestían de arcilla y se blanqueaban; sus cubiertas eran de palos y entramados vegetales que se impermeabilizaban con barro, como las documentadas en el yacimiento de “El Malagón”, en Cúllar Baza (Granada), en “Acinipo” en Ronda (Málaga), en “Vega de Santa Lucía”, en Palma del Río (Córdoba), o en “Llanete de Los Moros”, en Montoro (Córdoba), entre otros. 

En estos pequeños poblados de las primeras sociedades agroganaderas del 5.500 – 3.200 años a. C., las cabañas eran circulares y de ocupación permanente, construyéndose otras de uso temporal en los valles con una tipología diferente; eran  unas estructuras de rápido montaje, a base de dos postes en apoyo sobre un pie derecho y un larguero inclinado hasta el suelo, todo ello cubierto de ramajes y pajas. Se utilizaban para la caza, recolección o para seguir los movimientos del ganado. Existen en estos periodos, culturas más evolucionadas, como la de Los Millares (Almería) de cronología 3.200 – 2.250 años a. C., con núcleos de población muy estables y organizados, apareciendo las primeras ciudades fortificadas. Igualmente se documentan la construcción de sepulturas o cuevas artificiales con sistema de construcción de falsa cúpula, tipo “Tholos” de influencia oriental[1].

Falsa cúpula de una choza contemporánea en Pozoblanco. 

En la provincia de Córdoba tenemos algunos ejemplos de dólmenes del Calcolítico con este método de aproximación de hileras en la zona norte; los de la “Sierrezuela” y “Los Delgados” en Fuente Obejuna, y “El Minguillo” en Villanueva de Córdoba[2], que serán precedente de la técnica de ejecución de algunos chozos contemporáneos realizados con piedra seca. Si se realiza un repaso por los registros de formas de hábitat al aire libre en esta provincia, no será hasta este periodo, cuando se documenten los primeros poblados, especialmente en la Campiña (Castro del Río, Montilla, La Rambla y Monturque).  Son culturas aún con resabios neolíticos, pero ya dedicadas a la agricultura y  la ganadería. Se asentaban  en poblados simples a base de cabañas circulares; en un principio en las llanuras fértiles, y más tarde en ciertos altozanos. Algunos ejemplos los tenemos en “Morales, Viña Boronato, Guta, Los Carambolos y Tiñosa” en Castro del Río; “Cerro de Santa María” y “Cerro Triguillos” en Montilla; “La Minilla” en La Rambla, e incluso en la actual Monturque[3]. En esta última, se documenta con claridad un tipo de cabaña de planta curva, posiblemente circular, realizada directamente sobre la roca de la colina. Los muros estaban hechos con piedra sin labrar en seco. Sobre este zócalo se disponía una cubierta de palos de madera y entramado vegetal cogido con barro. Su cronología corresponde con un Calcolítico Final, fechado en el último cuarto del III milenio a. C., según las investigaciones realizadas[4] hacia 1987. Este mismo autor, propone que estos pioneros asentamientos, se producen como consecuencia de un desplazamiento de las comunidades trogloditas asentadas en las Subbéticas, a causa posiblemente, de un crecimiento demográfico y quizás también por cambios climáticos. El medio ambiente en que se sitúa este poblado, corresponde, según los estudios polínicos, con un medio ya desforestado, sin árboles del género “Quercus”, y un uso eminentemente cerealista. En el Bronce Pleno se inicia un urbanismo incipiente con poblados en cabezos y con casas cuadrangulares. Tenemos yacimientos de esta época[5] en la estación Argárica de Fuente Tójar y diversos hallazgos sueltos en Montilla. Ya en el Bronce Final, con estos asentamientos ampliamente consolidadazos en muchas zonas de La Campiña y la Vega del Guadalquivir, se produce una primera entrada de influjos tartésicos o fenicios, hacia mediados del siglo VIII a. C. De este momento, se documentan[6] cabañas en un poblado localizado en “Vega de Santa Lucía”, en Palma del Río, que ya estuvo habitado con anterioridad. Eran de planta elíptica y de medianas dimensiones (6.50 x 3.50 mts. aprox.). Se disponían de manera semisubterránea, con paredes de tapial y compartimentación de dos estancias. Las cubiertas eran presumiblemente a una sola agua, hechas de entramado de cañas y ramajes aglutinados con barro. Sólo tenían un vano o puerta. Su uso era como vivienda para actividades agroganaderas. Otro yacimiento dentro de la misma área[7], es “La Saetilla”, donde aparecen casas pluricelulares de planta cuadrada, zócalo de piedra, muros de adobe y tapial, así como disposición de cubiertas vegetales. Son poblados con una organización urbanística en los que apararen por primera vez en Córdoba, elementos y técnicas de una clara influencia orientalizante. Corresponden así, con un momento avanzado del Bronce Final, denominado Precolonial. Igualmente, en Sierra Morena encontramos un registro arqueológico en el yacimiento del “Cerro de la Coja[8], asociado a la actividad metalúrgica de comienzos del siglo I AC. Se trata de una cabaña de piedra en planta ovalada con piso de tierra batida.

Fondo de cabaña en Cerro Muriano. Cortesía de Fernando Penco.



[1] CANO, M.; CHAPA, T.; DELIBES, G.; MOURE, J.A.; QUEROL, M.A. y SANTONJA, M. (1996). Manual de Historia Universal. Prehistoria. Vol.I. Ed. Najera. Madrid, 588 pp.
[2] REYES LOPERA, M. (1995). El mundo funerario calcolítico en la provincia de Córdoba, recopilación y actualización de los datos. Ariadna nº15. Museo Municipal de Palma del Río (Córdoba).
[3] ASQUERINO, Mª D. (1991). La Prehistoria de La Campiña. II Encuentros de Historia Local, La Campiña, vol. I, 9 – 20 pp.
[4] LÓPEZ PALOMO, L. A. (1991). Bases para el conocimiento del urbanismo prehistórico en la Campiña de Córdoba. Síntesis de una estratigrafía realizada en Monturque. II Encuentros de Historia Local, La Campiña, vol. I, 21- 44 pp.
[5] MORENO ALONSO, M. (1995). Historia de Andalucía. Tomo 1. Cajasur. Córdoba.
[6] MURILLO REDONDO, J. F. (1990). “Fondos de Cabaña” de Vega de Santa Lucía (Palma del Río, Córdoba). AAA/III, 1987, pag.147-150.
[7] BAQUERIZO, D.; RUIZ, D.; CARRILLO, J. R. y MURILLO, J. F. (1992). Arqueología de Palma del Río. En Los Pueblos de Córdoba. Ed. Diario Córdoba.
[8] PENCO VALENZUELA, F. (2010). Cerro Muriano, sitio histórico. Historia de la minería en Córdoba. Ed. Almuzara. 243 pp.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Útiles y herramientas (I).



 
Se relaciona e ilustra aquí, una serie de terminología específica sobre los distintos útiles y herramientas que se venían utilizando en las técnicas de construcción de chozas y chozos en la provincia de Córdoba: 



Aguja.
Útil de madera o metal para coser el forro de los chozos. También era una de las piezas de metal que sirve para la sujeción del encofrado de tablas de un tapial.

"Agujas" de caña y palo.
Fabricación propia.

Bielgo o bieldo.
Instrumento para beldar, compuesto de un palo largo y de otro de unos 30 cm. de longitud, atravesado en uno de los extremos de aquel, y de otros fijos en el transversal, en forma de dientes. En la construcción de chozas, se empleaba para rastrillar la paja, en la técnica del ripiado de las cubiertas vegetales.


"Horcón, paleta y bieldo".
Colección propia
(Guadalcázar y Santa Eufemia).


Calabozo.
Instrumento de hoja acerada, ancha y fuerte, para podar y rozar árboles y matas.


"Calabozo" con mango.
Cortesía de Juán Rodríguez
(Guadalcázar).

Catalana o palaustre.
Herramienta de albañilería para remover y coger los morteros.

"Catalana". Colección propia (Guadalcázar).

Dediles.
Elemento de protección de la mano, realizado en cuero para la siega  del cereal.


Estezadera o estesaera.
Herramienta de hierro con hoja de doble filo y dos mangos, uno en cada extremo. Servía para preparar o “estesá” cuerda de pita. Propio de la comarca de La Vega.

"Estezadera". Colección propia (Guadalcázar).

Hacha.
Herramienta de hierro y mango de madera utilizada para cortar troncos y palos.

"Hacha". Colección propia (Posadas).

Hocino, hocineta, tajamata.
Instrumento arqueado de hierro acerado, con mango, que se usa para trocear leña, pelar palos y realizar distintos cortes en maderas. Llamada "Márcola" en la comarca de Los Pedroches.


"Hocino". Colección propia.

Horca. 
Rama de almez  cortada con dos o más púas, que son moldeadas o sobrepuestas de hierro, con la cual los labradores hacinan las mieses, las echaban en el carro, levantan la paja y movían la parva.

"Horca". Colección propia.

Horma.
Molde de madera para realizar los adobes. Se hacían en varios formatos, existiendo algunos dobles.

"Hormas". Colección propia
(Valsequillo y Santa Eufemia).

Hoz.
Herramienta de corte para la siega de paja y otras fibras. Existían de muy diversas formas y tamaños, según las plantas a cortar: cereales, arroz, remolacha, juncos, etc.


"Hoces". Colección propia.

Llana o plana.  
Herramienta de albañilería heha de madera, utilizada  para enfoscar y afinar las superficies de las paredes con morteros.

"Llana". Colección propia. (Guadalcázar)

Pisón.
Herramienta de madera con largo mango para prensar la tierra del tapial. Normalmente se hacía con maderas de encina y alméz.

"Pisón". Cortesía de Inocencia
Macias (Guadalcázar).

Paleta.
Útil realizado en madera, que servía para apalear y apelmazar la paja “ripiada” en el proceso de techado de las chozas.


"Paleta". Fabricación propia.

Peine.
Pequeño bielgo con mango, que se utilizan para limpiar la paja de centeno. No se han documentado expresamente en Córdoba, aunque si en Canarias.

"Peines". Fabricación propia.

Puntero.
Cincel de hierro utilizado para la labra de la piedra por los canteros.

"Puntero". Colección propia (Cardeña).

Serrucho.
Herramienta para serrar la madera, de distintas formas y tamaños.

"Serruchos". Colección propia (Guadalcázar).

Zoqueta.
Elemento de protección de la mano, realizado en madera y cuero para la siega  del cereal. Especialmente utilizado en Los Pedroches.

"Zoqueta". Museo Etnográfico
de Hinojosa del Duque.