sábado, 28 de abril de 2012

Globo sonda en un chozo.

Hace un par de años, fui a dar una pequeña conferencia en el Museo del Pastor, de la localidad cordobesa de Villaralto, con motivo del “Día Internacional de los Museos”. Su director, Francisco Godoy, me invitó amablemente a exponer en este espacio tan idóneo, el proyecto de investigación que pretendía iniciar y algunos detalles sobre este tipo de arquitectura pastoril.


Cartel del evento.

Al finalizar, una mujer de entre las personas que asistieron, me contó un caso realmente curioso, relacionado con los chozos. Es conocida en la comarca de Los Pedroches, la relación de este pequeño municipio de Villaralto con el ancestral oficio del pastoreo. Muchos de sus habitantes, han trabajado como pastores o han tenido relación con este oficio. Particularmente, esta persona mayor, recordaba un hecho de la niñez, acontecido en un chozo vegetal de los que se realizaban  para majadear con los rebaños de ovejas. “Un día, los niños de una familia de pastores se encontraron un globo”, decía; “lo metieron en el chozo”, prosiguió aludiendo al entusiasmo de aquellos chavales por el sorprendente hallazgo; “y el globo, al calor del hogar que había en el chozo, empezó a hincharse, hasta que rebentó, destrozando el chozo”. Menuda sorpresa se llevarían los padres al escuchar la justificación de sus hijos.

El artefacto, probablemente fuera un globo sonda, de los que se utilizan para mediciones metereológicas, que al tener helio, se calentaría con el fuego, dilatándose hasta romperse. Esta es la única hipótesis que hemos podido vislumbrar a este curioso incidente.

viernes, 27 de abril de 2012

La Tierra.

A parte de la piedra, la tierra, en sus diferentes variantes (gravas, arenas y arcillas), constituye el segundo material mineral mas empleado para este tipo de arquitectura. Era la materia prima empleada en las técnicas del tapial, el abobe y el encestado; siendo en estos últimos, mezclada con fibras vegetales (paja, cañas, etc.).


Tapial con gravas, en Guadalcázar.

Encontramos dos modalidades de tapial; por un lado, en la Depresión del Guadalquivir se construía directamente sobre el suelo, y a lo sumo se preparaba una leve cimentación de grandes cantos rodados. Puesto que toda esta comarca, está constituida por terrenos aluviales, se utilizaban tierras rojas y ocres, gravas y cantos rodados, que abundan. Por otro lado, en algunas zonas de Sierra Morena también aparecen tapiales de tierra con guijarros, pero estos son calzados sobre zócalos de mampostería de alturas variables. Esto permitía un mayor aislamiento ante la humedad del suelo.  

El adobe era ampliamente utilizado como complemento del tapial, y casi siempre es calzado sobre algo de mampostería, especialmente en Los Pedroches y Alto Guadiato. Hemos localizado distintas estructuras, donde se destinaba al cerramiento de cúpulas, algunas de grandes dimensiones, como el caso del Chozo Redondo (Fuente Obejuna), pero otras más pequeñas en algunas zahurdas de Belalcázar.


Adobe sobre mampostería, en Santa Eufemia.

Sin embargo, en la Vega del Guadalquivir se destinaba al cerramiento de habitaciones interiores, por lo que quedaba totalmente reservado de la lluvia. Su elaboración era muy simple; previa mezcla de barro con paja picada con agua, amasado y su fermentación, se rellenaban unos moldes de madera, dejándolos secar definitivamente al sol. Luego se pegaban con barro  Particularmente, en la técnica de “encestado”, se utilizaba lima o arcilla mezclada con paja picada, para recubrir entramados de maderas o cañas. En algunas zonas de Las Colonias se empleaba tierra roja de “almagra” para alisar el suelo de las chozas.


Proceso de encestado sobre cañizo.

domingo, 22 de abril de 2012

Choza de San José (Fuente Obejuna)

Ref.: FOB-34
Coordenadas huso UTM: 30 S x.286796 y.4226565
Término municipal y comarcas: Fuente Obejuna, Alto Guadiato (Sierra Morena).
Choza circular tejada, que se ubica cerca del antiguo Cortijo de San José”, dentro de la finca del “Molinillo Bajo”. Se accede a través del  Camino de Piconcillo a La Cardenchosa”. La construcción, de antigüedad desconocida, debió ser albergue de porqueros, siendo su tipología original de tipo mixto con la cubierta cónica vegetal. Actualmente se encuentra deteriorada, ya que se ha iniciado el desplome de la cubierta de teja.


Recreación de su estado original.

Características y  técnicas constructivas: Asentamiento aislado de planta circular que se dispone en una suave pendiente. Los paramentos de piedra tosca (cuarcita y gabro) aparecen tomados con barro; también se incluyen ladrillos macizos y petacas de cemento más modernas. Los revoques se plantean con enfoscados de morteros y pintura de cal. La solera no es apreciable, pero es probable que esté empedrada. La cubierta actual es a dos aguas con revestimiento de teja árabe. La armadura está compuesta de rollizos de madera sobre una viga cumbrera y un entablado sobrepuesto sobre los primeros. El dintel de la entrada está formado por tres palos de encina. Como ya se ha comentado,  en su origen, debió tener una cubierta cónica vegetal. En una reforma posterior se recreció el muro para añadirle dos cuchillas donde apoyar una viga cumbrera.








Vistas exteriores e interiores actuales.



Dos imágenes retrospectivas, de 1995.

Planimetría: planta exterior: 4.60 m. diámetro; planta interior: 3.50 m. diámetro; ancho muro: 0.55 m.; alturas: zócalo: 1.20 – 1.80 m. máxima: 2.30 m.; entrada: 1.20 x 0.70 m.; orientación de la entrada: SE.


Plano I (Planta y sección).


Plano II (vista de la cubierta).

Observaciones: existió una zahurda tradicional en sus proximidades, hoy convertida en otra mas moderna de chapa prefabricada. Sería interesante, plantear la rehabilitación de esta choza, de acuerdo con la propiedad de la finca, que además dispone de otras de características similares que ha conservado durante los últimos años.

Colaboradores: Vicente Rodríguez Estévez, José María Pérez Esquivel y Mónica López.

Fotos y dibujos del autor.

viernes, 20 de abril de 2012

Dibujos e inscripciones en chozas (I).

Aunque no es un fenómeno muy habitual, en algunas chozas catalogadas, se ha podido documentar antiguos grafismos (dibujos e inscripciones) realizados en sus paredes. Así, sólo se han tenido en cuenta los realizados antes de ser deshabitadas, pues tras quedar abandonadas, si que aparecen otras muchas mas recientes y de menor interés. Los casos encontrados por ahora, probablemente de la segunda mitad del siglo XX, corresponden con tres chozas de Sierra Morena, de los municipios de Alcaracejos, Fuente Obejuna y Hornachuelos,

En la Casa Bóveda (Alcaracejos), se localizó una inscripción grabada en piedra, situada en una laja de pizarra de la mampostería exterior. La construcción original data de finales del siglo XIX, habiendo tenido diversas reformas. El estilo de las letras y los números que se aprecian, parece bastante antiguo, identificándose algunas operaciones matemáticas y palabras sueltas que se superponen. Sería necesario un análisis más detallado para identificar exactamente su contenido.




Fragmentos de la losa de Casa Bóveda.

Otro ejemplo, lo tenemos en la Choza de la Jineta (Fuente Obejuna), de antigüedad desconocida, y en cuyo interior se pueden observar abundantes dibujos, frases y cuentas realizadas a lápiz y carboncillo sobre las paredes enfoscadas y encaladas. Las ilustraciones corresponden con un estilo popular e incluso naif, muy personal. Representan diversas figuras animales, especialmente repetido el motivo de pájaros. También se ilustran escenas taurinas y algunos personajes, como el caso de un guardia civil. La caligrafía utilizada en algunas frases, como “El día 13 estuve en este chozo …” parecen de la época en que se utilizaba la choza como refugio. Como particularidad, indicar que la mayoría de las cuentas tienen algunos errores de cálculo.





Diversas escenas de la Choza de la Jineta.

Por último, en la Choza del Cerrejón y los Llanos (Hornachuelos), se vislumbra algo borroso, un antiguo dibujo de carboncillo sobre el encalado. Se trata de un perfil de un rostro humano.


Dibujo en la Choza del Cerrejón y los Llanos. 


lunes, 16 de abril de 2012

Choza de Carlos García (Zuheros).

"Con el permiso de su dueño"...

Ref.: ZUH-08
Coordenadas huso UTM: 30S 0381760 4154804
Término municipal y comarcas: Zuheros, Subbética (Sistema Bético).
Choza mixta, ubicada en el paraje de La Nuste” y “Monteprieto”, al que se accede desde la vía pecuaria “Colada del Pozuelo”. Se trata de un pequeño refugio de pastores, utilizado como resguardo por el ganadero Carlos García Camacho, quién lo arregló para su uso, usándolo tanto el como su hijo, cuando suben en burra a la sierra con sus ovejas, desde la localidad de Zuheros.


Aspecto actual de la choza.
Y el colaborador Damián Priego.

Características y  técnicas constructivas:
De planta cuadrangular irregular; su asentamiento y disposición se plantea de manera aislada en una media ladera. Los paramentos están hechos a base de piedra tosca (caliza) totalmente en seco, no disponiendo de revoques. La construcción está semienterrada en el terreno y rodeada de montones de piedras a modo de contrafuertes, donde se integra un gran almendro. La solera es de tierra apisonada. La cubierta es a una sola agua, con cuatro rollizos de madera forrados de chapas de metal, y todo ello cubierto exteriormente con capas de retama (Retama phaerocarpa). Dispone de una  puerta con marco y pestillo, hecha de madera y alambres, a modo de “cancilla”. En una esquina junto a la entrada, tiene una “tégula” romana, sobre la que se enciende el fuego. Debió ser arreglada, aprovechando otra más antigua.


Vista exterior.

Detalle de la entrada.


Dos vistas del interior.
Planimetría: planta exterior: 3.50 x 3.20 m.; planta interior: 1.90 x 1.40 m.; ancho muro: 0.70 – 1.00 m.; alturas zócalo: 1.60  m.; entrada: 0.65 x 1.20 m; orientación de la entrada: SE 140º.

Plano (planta y sección).

Observaciones: En su interior tiene una pequeña mesa tocinera, dos sillas, ropa, impermeables y algunas herramientas. En su entorno se localizan las ruinas de otras chozas similares, asociadas a antiguas eras. Muy probablemente, sea el único refugio de este tipo en Córdoba, que aún tiene una funcionalidad real en pleno siglo XXI.

Colaboradores: Damián Priego Priego y Julián García Moreno.

Fotos y dibujos del autor.

sábado, 14 de abril de 2012

Mobiliario y ajuar doméstico (III).




Hornacina.
Estantería realizada mediante un hueco construido en el propio muro de las chozas, que se sustenta mediante jambas y dintel de piedra. En algunas, el dintel es de maderas y en otras aparecen un poyete. Existen de muy diversos tamaños, siendo todas cuadrangulares.



Choza de Cogollarta (Belalcázar).


Jaula.
Cajón de madera con barrotes de palillos, para encerrar algunas aves silvestres, como alondras y calandrias, llamadas popularmente "londros".



Guadalcázar.


Jarda o jardón.
Colchoneta para dormir hecha con una tela de costal rellena de paja de la trilla. Los Pedroches.


Guadalcázar.


Marmita.
Hueco tallado expresamente en la propia roca a modo de bebedero o comedero para los animales domésticos.


Choza de Cogollarta (Belalcázar).


Mechinal.
Hueco cuadrangular que aparece en ciertos muros. Servían para empotrar vigas de madera que sustentaran un andamiaje para la construcción o reparación de las cúpulas de ciertas chozas. En otros huecos circulares se empotraban ollas y cantaros como despensa para alimentos.


Choza  de la Cañada de las Chozas (Cardeña).


Mesa tocinera.
Pequeña mesa de madera que se empleaba en la cocina para preparar comida y guardar algunos utensilios; también para la elaboración de los productos de la matanza del cerdo.


Guadalcázar.


Paleta.
Útil de hierro en forma de cuchara alargada que sirve para remover las ascuas del brasero de picón.


Córdoba.


Peralbillo, carabanchel  o caramancho.
Percha exterior dispuesta en algunos chozos, hecha con una rama de encina en forma de arbolito. Servía para colgar los cacharros de cocinar y la leche. Las dos primeras denominaciones son propias de Los Pedroches, y la tercera del Alto Guadiato.


Posadilla (Fuente Obejuna).

Percha.
Soporte de madera empotrado en los muros de algunas chozas. Tenía la funcionalidad de soporte donde colgar ropa, bolsas, etc.


Choza del Lote de los Barrancos
(Hinojosa del Duque).


Regadera.
Recipiente de hojalata utilizado para regar las plantas en macetas o en el huerto.


Guadalcázar.



jueves, 12 de abril de 2012

Chozas mixtas andaluzas.

La distribución de este tipo de chozas mixtas y casas de cubierta vegetal, fue bastante amplia en la práctica totalidad de la región. Por un lado, encontramos las viviendas de planta rectangular realizadas principalmente en tapial o adobe, con cubiertas a cuatro aguas, llamadas en algunas zonas “tapichozas”. Se asentaban de manera dispersa en parcelas y agrupada en torno a cortijos o núcleos urbanos, siendo vivienda familiar con otras dependencias, como gallineros, tinahones y cuadras. Su ámbito geográfico se ciñe a la Baja Andalucía y Vega del Guadalquivir, desde la provincia de Cádiz[1] a la propia capital de Córdoba, pasando por El Aljarafe y la Campiña Sevillana.

Es el tipo más genuinamente andaluz, de origen posiblemente tartésico, con diversas influencias a lo largo de la historia. Tuvo un gran desarrollo durante las colonizaciones centroeuropeas de Carlos III al final del siglo XVIII en las provincias de Sevilla y Córdoba, especialmente en La Carlota y Fuente Palmera.


Puebla del Río (Sevilla). En (HERNÁNDEZ LEÓN, 2004).

Trebujena (Cádiz). En (FLORES, 1973).

Las llamadas “casas de choza” o “de rama”, viviendas rectangulares con cubierta vegetal a dos aguas, se situaban en el interior de núcleos urbanos adosadas unas a otras o bien en la periferia. Presenta todos los elementos propios de una casa; ventanas, puertas, chimeneas y división interior de habitaciones. Eran viviendas permanentes de familias humildes del estamento social (trabajadores y jornaleros). Sus primeros asentamientos se ubicaban en terrenos sin propiedad (vías pecuarias, descansaderos, caminos, etc.) y con el tiempo evolucionaron a casas ya tejadas. Tuvieron una amplia distribución por la mayor parte de la Baja Andalucía (Cádiz, Huelva, Málaga, Sevilla y Córdoba). Fueron muy frecuentes en muchos pueblos andaluces, hasta mediados del siglo XX.


Peguerillas (Huelva). En (FLORES, 1973).

Por otro lado, en diversas sierras andaluzas aparecen chozas de planta circular y cubierta cónica vegetal de muy diversos diámetros; especialmente en Sierra Morena, donde las influencias portuguesas, extremeñas y manchegas son notables. Éstas, coexisten con las rectangulares de mampostería, e incluso con las que mezclan piedra, tapial y adobe. Las circulares, que también se presentan ovaladas, se asentaban de manera aislada como albergue de pastores y porqueros, siendo su distribución muy dispar: Sierra de Aracena (Huelva), Los Pedroches y Alto Guadiato (Córdoba), Sierra de Andújar (Jaén), Sierras Subbéticas (Córdoba) y Sierra de Mágina (Jaén). Sin embargo, otros autores[2] las circunscriben únicamente a Los Filabres (Almería), Andévalo (Huelva) y Los Pedroches (Córdoba).


Chozas de pastores en Sierra Nevada (Granada).
En (spahnialpujarrafotos.blogspot.com.es)

Ruinas de una choza en la Sierra Norte (Sevilla).
Cortesía de Fernándo Díaz.


[1] FLORES LÓPEZ, Carlos (1973). Arquitectura Popular Española, (5 tomos). Ed. Aguilar.
[2] HERNÁNDEZ LEÓN, E. (2004). Arquitectura auxiliar. En: Proyecto Andalucía, Antropología vernácula. Coordinador Rodríguez Iglesias, Francisco. Junta de Andalucía.