ref. TOR 9
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Coordenadas huso UTM: WGS84 30 S x:36040 y:4256582 / x:360031
y:4256563
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Municipio: Torrecampo. Comarca: Los Pedroches (Sierra Morena).
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Paraje y otros topónimos: Cervigón y Cordel de Villanueva de Córdoba.
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Acceso: cerrado con cerca ganadera. Propietario:
privado.
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Tipología: mixtas curvas – rectangulares.
Tipo de hábitat: aislado.
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Usos: agrícola ganadero (albergue, cuadra, horno y zahurda).
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Cronología: desconocida.
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Conservación: ruinas (sin cubiertas y con los muros algo derruidos).
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Características y técnicas constructivas:
asentamiento: sobre la cima de una suave colina, en medio de una dehesa; disposición: conjunto de varias construcciones exentas pero agrupadas (un albergue, horno circular, cuadra y zahurda); soleras: no apreciables. Choza I (albergue): planta: rectangular con un extremo curvo; paramentos: piedra tosca (granitos y dioritas) tomados con barro; aparecen 3 pilastras centrales, una de ellas de adobe calzado sobre mampostería y algunas losas de pizarra salientes para apoyar las maderas de una cámara alta; también existe un tabique sólo de adobe; la construcción en general, está nivelada sobre una suave pendiente; revoques: sólo se conserva algo de enfoscado de cal en una pilastra de adobe y un ventanillo; el interior pudo estar todo encalado; elementos: tiene dos ventanillos abocinados hacia dentro, ambos con barrote de madera en horizontal; uno con poyetes de pizarra y restos de haber tenido un cristal cerrado con yeso; también dispone de una hornacina con dintel de granito y poyetes de pizarra; en la cabecera mas alta y estrecha se disponía el hogar, sin tiro de chimenea, apareciendo dos pletinas de hierro con anillas clavadas para colgar los pucheros, así como alguna repisa de piedra; igualmente, en el centro y entre dos de las pilastras debió existir una pequeña habitación cerrada con adobe a modo de despensa; cubierta: debió ser de tipo vegetal a dos aguas sobre cuatro tramos de cumbreras apoyados en las pilastras; reformas: parece que la construcción se inició con una planta rectangular y una sola pilastra; luego, una de las cabeceras se abrió para reducirla a pilar, añadiendo otra habitación semicircular irregular que tenía descentrado otro pilar mas.
Choza II (cuadra):
planta: rectangular con algunas esquinas curvas (tres habitáculos en forma de L); paramentos: piedra tosca (granitos y dioritas) tomados con barro; revoques: no apreciables; cubierta: debió ser de tipo vegetal con una habitación en forma cónica y otra armadura anexa a dos aguas; elementos: tiene dos puertas exteriores; una ancha para acceder a la cuadra, donde existe un pesebre de losas de pizarra en el suelo y otra para acceder al posible pajar o gallinero, dividido por un tabique en dos; pero comunicado a la cuadra mediante otro vano interior; reformas: no apreciables. |
Planimetría (choza I): planta exterior: 11.00 x 4.50 –
Planimetría (choza II): planta exterior: 6.00 x 3.40 –
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Otras construcciones: el horno con la cúpula ya desplomada, dista
casi cinco metros de la puerta del albergue; la cuadra está a unos
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Fuentes orales: fueron
indicadas por un informador que llegó a conocerlas hace años con
las cubiertas vegetales.
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Fuentes documentales:
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Observaciones:
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Equipo de Trabajo: Ricardo Luque Revuelta y Rafael Pulido Jurado
(2013).
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Colaboradores: informador anónimo.
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viernes, 6 de diciembre de 2013
Chozas del Cervigón (Torrecampo).
jueves, 21 de noviembre de 2013
Villaviciosa de Córdoba, con buen ejemplo.
A menudo las administraciones con
competencias en materia de conservación del patrimonio arquitectónico,
etnográfico y medioambiental, no solamente no cumplen los objetivos para las que
son concebidas, ni alcanzan las expectativas que ciertos sectores de la
sociedad demandan; si no que además, provocan situaciones contradictorias,
llegando a actuar de manera poco consecuente, e incluso a veces destructiva con
nuestro patrimonio.
Por el contrario, en esta materia de
la arquitectura vernácula, cada vez estoy viendo muy satisfactoriamente,
ciertos ejemplos en los que propietarios de pequeñas y grandes fincas, realizan
actuaciones que son todo un ejemplo para nuestros gestores y políticos.
En una pasada salida de campo con el
compañero Ricardo Luque, por el municipio de Villaviciosa de Córdoba, con el
objetivo de inventariar las abundantes chozas referenciadas históricamente en estos
montes serranos, pudimos comprobar algunos esperanzadores ejemplos de lo
anteriormente expuesto.
Hace ya unos siete años, José García,
rehabilitó una antigua choza circular mixta que existía en un terreno de su
propiedad. Hasta hace unos meses, no he tenido conocimiento de esta magnífica
actuación. La rehabilitación consistió en asentar el zócalo de piedra y
reconstruir la desaparecida cubierta, realizada por Francisco “Callaito” un
antiguo conocedor de esta técnica de techar con juncos; que igualmente construyó
otra muy similar en el Camping de Puente Nuevo.
Choza recuperada en el Cerro de los Aviones. |
Además, el fotógrafo José Ángel
Expósito ha construido un pequeño chozo para la observación de aves en el mismo
paraje, donde se conservan también una era y un colmenar.
Chozo de juncos y su constructor. |
Pero la jornada siguió siendo muy
productiva, otro propietario de la zona, se había puesto en contacto
previamente a través de este blog, porque quería enseñarnos un buen puñado de
ruinas de chozas en otro paraje de este municipio. Esta persona, sensibilizada
con el valor etnográfico e histórico que supone tener este tipo de
construcciones, nos mostró amablemente cada
una de sus localizaciones, aportando numerosos detalles sobre los rancheros que
pudieron vivir allí durante gran parte del siglo XX.
lunes, 4 de noviembre de 2013
Chozas y chabolas.
Al hablar sobre las chozas o
albergues realizados para el resguardo básico de personas, siempre e incluido aquí,
toda una serie de construcciones primarias realizadas con los materiales
naturales más inmediatos, en estado puro o con alguna elaboración; siempre de acuerdo
a unas técnicas y tipologías más o menos definidas, así como a unas necesidades
muy concretas. Sin embargo, no podemos de dejar de tratar, otras construcciones
llamadas en algunas ocasiones infraviviendas, que entran dentro de la
denominación popular de “chabolas”. Éstas, fueron construidas con alternancia
de materiales naturales (tierra, maderas, cañas, paja y cal) con otros materiales reciclados y de
desecho (chapas, tejuelos, tablas y telas), antes de la aparición de los
plásticos.
En
el chabolismo concurren diversas circunstancias que hacen que este fenómeno se
sitúe en el extremo más marginal de estas moradas. No por ello, dejando de ser
arquitectura, aunque con soluciones técnicas poco depuradas y adaptada a los citados
materiales disponibles, siempre en el entorno urbano y periurbano, de una época
determinada de la historia reciente de nuestros pueblos y ciudades.
Hasta
la década de los 70 del siglo pasado, existieron en la periferia de la ciudad
de Córdoba, multitud de asentamientos de chozas y chabolas. Especialmente concentradas
en la orilla opuesta del río Guadalquivir. Los barrios de “Fray Albino” y “Campo de la Verdad” se poblaron con este tipo de hábitat durante
varias décadas de la primera mitad del siglo XX, hasta su reedificación formal
propiciada por el célebre clérigo Fray Albino, ya en 1950.
Callejón en el Campo de la Verdad. Archivo Municipal de Córdoba. |
Campo de la Verdad en 1947. Diario Córdoba. |
Otros
barrios actuales, tuvieron su origen en este fenómeno social. Así en el “El Naranjo”, durante los penosos años de la
postguerra civil, se asentaron una serie de chozas y casillas que hicieron los
familiares de los presos republicanos que estaban en la cárcel de Córdoba, según
comentan (Naranjo et al, 2006). Es posible también, que el barrio de “Zumbacón” tuviera una génesis similar.
Zumbacón en 1950. http://viejospapeles.blogspot.com.es/2013/05/el-zumbacon-en-1962.html |
Fueron
diversos los enclaves de la provincia donde se prodigó esta forma de hábitat,
especialmente en las comarcas de La Vega y Campiña Baja. Uno de ellos, fue
el la “Cañada Real Soriana”. Esta
usurpada vía pecuaria, fue poblándose de
jornaleros y gentes sin casa durante varias décadas del siglo XX. Sobre ella, se citan los
actuales núcleos de población de “Villarrubia”,
“El Higuerón” y “Majaneque” del término municipal de Córdoba y “Los
Mochos”, ya en
Almodóvar del Río. Este núcleo de población se originó por parte
de trabajadores temporeros. Según (NAZ MORENO, F., 2008) las
autoridades de la época consintieron las continuas construcciones de ramajes y
chozas iniciales. Ya en 1930 había 163 caseríos diseminados y 639 viviendas.
En la
localidad de Posadas, se
constata la permanencia de chozas en el entorno de su núcleo urbano, concretamente
junto al Río Guadalquivir. Sobre la “Colada de la Redonda” se localizaba
el asentamiento llamado “Las Chozas”.
Algunas fotografías (www.posadas.es) recuperadas por José
Santiago Igeño, ilustran estas construcciones desde principios del siglo XX. La
primera data de entre 1908 y 1910, comentándose al respecto: “Posiblemente
se trata de una visita del señorito a los pobres para atender sus necesidades
más básicas”. Y la segunda, ya en 1970; “El último de los chozos,
viviendas humildes construidas de adobe, paja y cañizo al final del Callejón de
Jesús, donde se cobijaban tras la guerra civil las personas más humildes”.
Choza en Posadas (1908-1910). Foto de José Santiago Igeño. www.posadas.es |
Choza en Posadas (1970). Foto de José santiago Igeño. www.posadas.es |
Por otro lado, en la localidad de
Palma del Río se documentan ampliamente distintos asentamientos periurbanos de
chozas de trabajadores y jornaleros a lo largo de la segunda mitad del siglo
XX. Construcciones, que fueron reconducidas hacia otras prefabricadas llamadas “Casas Tubo” y finalmente, hacia barrios actuales
de edificios de pisos. Entre
estos enclaves se citan: el Barrio de la Soledad, llamado entonces las
Cábilas o Llano de las Eras, Mesa de San Pedro o Cerro de la Iglesia, El Lino,
etc.
También
en la Sierra, se dieron algunos asentamientos de chozas concentradas o
dispersas en torno a núcleos mineros, como el caso de Cerro Muriano (Córdoba),
Casas Baratas y Vega del Fresno (Belméz) y Cerro o Calle de Los Chozos
(Peñarroya-Pueblonuevo). Pero estas serán detalladas en otras entradas futuras.
Referencias
bibliográficas.
NARANJO,
Luís; MORAL, Manuel; CARRASCO, Miguel y CARRASCO, Agustín (2006). Claves naturales y sociales de la Guerrilla Antifranquista en Sierra
Morena. Recorrido histórico-natural por el valle medio del Guadiato. Biblioteca Ensayo 11. Ed. Diputación
Provincial de Córdoba y Ayto. de Villaviciosa. Córdoba. 212 pp.
NAZ MORENO, Federico (2008). Historia de Almodóvar del Río. Ed. Ilmo. Ayto. de Almodóvar del
Río (Córdoba). 574 pp.
jueves, 17 de octubre de 2013
Choza La Vega (Hinojosa del Duque).
jueves, 19 de septiembre de 2013
Construcción de una "sucá".
El próximo domingo 29 de septiembre, tengo previsto colaborar en las 14ª Jornadas de la Cultura Judía, impartiendo un taller para niños, en el que construiremos una cabaña como las que hacen los judíos de todo el mundo en su "Fiesta de la Sucá".
El taller será realizado para dos grupos de 10 niñ@s cada uno, con
una edad mínima de 8 años, (previa inscripción).Tendrá lugar entre las 11:00 y las 13:00 horas, dentro del Parque "Ciudad de l@s Niñ@s" de Córdoba.
Los materiales de construcción serán: maderas, cañas,
cuerdas, juncos y hojas de palmera), quedando
una vez construida ubicada dentro de estas instalaciones.
Aquí se muestran dos carteles y un enlace https://www.facebook.com/cordobajudaica con todas las actividades:
viernes, 30 de agosto de 2013
Barracas del Delta del Ebro.
Tras un largo descanso
por unas necesarias vacaciones, quiero retomar la actividad habitual de este
blog, que ciertamente tenía algo abandonada.
Es precisamente, con esta entrada con la que quiero despertar el interés
por una singular comarca de la Península Ibérica y su arquitectura, donde desde
hace ya años, me refugio algunos días huyendo del extremo estío cordobés.
Bajo mi personal punto de vista, encuentro en el Delta del Ebro muchas similitudes y concordancias con las tierras andaluzas de la Vega del Guadalquivir; no solamente desde el enfoque de la arquitectura tradicional y sus chozas o albergues, si no también relacionando otros aspectos etnográficos y sociales, que no vienen al caso.
Su carácter fluvial, marcado por el Río Ebro, su clima, y por supuesto los usos y aprovechamientos tradicionales de los que fueron objeto sus acuáticas tierras, hacen que, salvando las distancias, aparezcan tipologías, materiales y técnicas de gran parecido con los albergues que se hacían en ciertas tierras y pueblos de las provincias de Huelva, Sevilla e incluso en la de Córdoba.
Las denominadas “barracas” son casi siempre de planta rectangular y de dimensiones variables según la zona y sus usos. Se diferencian al menos tres variantes a lo largo de todo el Levante español: la murciana, la valenciana y la deltaica. Centrándonos en las “barracas deltaicas” de esta zona sur de la provincia de Tarragona, diremos que eran construcciones enteramente vegetales, de plantas rectangulares u ovaladas, con cubierta a dos aguas. Algunos tipos sin paredes rectas y otros con la cubierta calzada sobre postes de madera a modo de zócalo. Eran realizadas principalmente con cañizos enfoscados, madera, paja y otras fibras vegetales. Eran viviendas permanentes en algunos núcleos de población o temporales asociadas a la huerta y a la pesca.
Su procedimiento constructivo consiste en la preparación de una estructura de potentes postes de maderas. Indicar la disponibilidad de los extraordinarios pinares existentes en las sierras próximas de ELs Port y Monte Caro y su transporte a través del propio río Ebro. La armadura de madera tras ser tratada y clavada en el suelo, es forrada de cañas cosidas, haciendo un entramado que se enfoscará más tarde con una mezcla de barro y paja. Algunos nombres en catalán que reciben las distintas partes de la armadura son: “puntal de cap forcat”, “carener”, “puntais laterals”, “anguileta”, “costelles” y “carena”. Todo éste proceso y terminología ha sido extraído de un interesante cartel elaborado por Joan Lafont Matamoros.
Finalmente todas las paredes son encaladas repetidamente hasta hacerlas impermeables y duras. La cubierta se cubría principalmente con (Ammphila arenaria), una gramínea local llamada “borró”, que se siega en las zonas húmedas y litorales del parque. El caballete se suele enfoscar y encalar para darle más consistencia, siendo recientemente cubierta toda la superficie de pasto con una extensa red de pesca. Una de las características más peculiares de estas barracas deltaicas, es la disposición de las cabeceras de la cubierta en contra de las lluvias y vientos dominantes. En el frontal donde se abre la puerta, la pared enfoscada se eleva y retranquea con respecto a la cubierta, proporcionando un potente alero que la protege. Por contra, en el extremo opuesto, se suelen abrir algunas ventanas para dar luz a la parte alta de las habitaciones. Este testero a diferencia, se forra con pasto en una caída totalmente vertical.
Tras el abandono de muchos de estos albergues o su transformación en edificaciones con modernos materiales preelaborados, las barracas del Dela del Ebro desaparecieron de este paisaje único, a la misma velocidad que los modos tradicionales del cultivo del arroz.
En la última década, se viene mostrando un interés por recuperar esta idiosincrasia constructiva tan característica de este espacio natural. Ciertos elementos y equipamientos propios del Parque Natural se han realizado siguiendo estas técnicas y tipologías. Así los centros de interpretación, museos y observatorios reproducen las formas arquitectónicas de las barracas. Por otro lado, y en un orden privado algunas empresas http://www.barracadesalvador.com/es/ ofrecen la posibilidad de construir casas y casetas con estos materiales vegetales, adaptándolas ya a otras necesidades de ocio, alojamiento rural o segunda residencia.
Bajo mi personal punto de vista, encuentro en el Delta del Ebro muchas similitudes y concordancias con las tierras andaluzas de la Vega del Guadalquivir; no solamente desde el enfoque de la arquitectura tradicional y sus chozas o albergues, si no también relacionando otros aspectos etnográficos y sociales, que no vienen al caso.
Nueva barraca en Riet Vell, de SEO (Sociedad española de Ornitología). |
Su carácter fluvial, marcado por el Río Ebro, su clima, y por supuesto los usos y aprovechamientos tradicionales de los que fueron objeto sus acuáticas tierras, hacen que, salvando las distancias, aparezcan tipologías, materiales y técnicas de gran parecido con los albergues que se hacían en ciertas tierras y pueblos de las provincias de Huelva, Sevilla e incluso en la de Córdoba.
Nuevas barracas en Poble Nou. |
Las denominadas “barracas” son casi siempre de planta rectangular y de dimensiones variables según la zona y sus usos. Se diferencian al menos tres variantes a lo largo de todo el Levante español: la murciana, la valenciana y la deltaica. Centrándonos en las “barracas deltaicas” de esta zona sur de la provincia de Tarragona, diremos que eran construcciones enteramente vegetales, de plantas rectangulares u ovaladas, con cubierta a dos aguas. Algunos tipos sin paredes rectas y otros con la cubierta calzada sobre postes de madera a modo de zócalo. Eran realizadas principalmente con cañizos enfoscados, madera, paja y otras fibras vegetales. Eran viviendas permanentes en algunos núcleos de población o temporales asociadas a la huerta y a la pesca.
Antiguas imágenes de barracas en San Jaume (FLORES, 1973). |
Su procedimiento constructivo consiste en la preparación de una estructura de potentes postes de maderas. Indicar la disponibilidad de los extraordinarios pinares existentes en las sierras próximas de ELs Port y Monte Caro y su transporte a través del propio río Ebro. La armadura de madera tras ser tratada y clavada en el suelo, es forrada de cañas cosidas, haciendo un entramado que se enfoscará más tarde con una mezcla de barro y paja. Algunos nombres en catalán que reciben las distintas partes de la armadura son: “puntal de cap forcat”, “carener”, “puntais laterals”, “anguileta”, “costelles” y “carena”. Todo éste proceso y terminología ha sido extraído de un interesante cartel elaborado por Joan Lafont Matamoros.
Nueva barraca en San Jaume de E´beya. |
Finalmente todas las paredes son encaladas repetidamente hasta hacerlas impermeables y duras. La cubierta se cubría principalmente con (Ammphila arenaria), una gramínea local llamada “borró”, que se siega en las zonas húmedas y litorales del parque. El caballete se suele enfoscar y encalar para darle más consistencia, siendo recientemente cubierta toda la superficie de pasto con una extensa red de pesca. Una de las características más peculiares de estas barracas deltaicas, es la disposición de las cabeceras de la cubierta en contra de las lluvias y vientos dominantes. En el frontal donde se abre la puerta, la pared enfoscada se eleva y retranquea con respecto a la cubierta, proporcionando un potente alero que la protege. Por contra, en el extremo opuesto, se suelen abrir algunas ventanas para dar luz a la parte alta de las habitaciones. Este testero a diferencia, se forra con pasto en una caída totalmente vertical.
Interior y exterior de la tienda en la Casa de Fusta. |
Tras el abandono de muchos de estos albergues o su transformación en edificaciones con modernos materiales preelaborados, las barracas del Dela del Ebro desaparecieron de este paisaje único, a la misma velocidad que los modos tradicionales del cultivo del arroz.
Pequeña barraca en La Tancada, hacia 1995. Foto de Mónica López. |
En la última década, se viene mostrando un interés por recuperar esta idiosincrasia constructiva tan característica de este espacio natural. Ciertos elementos y equipamientos propios del Parque Natural se han realizado siguiendo estas técnicas y tipologías. Así los centros de interpretación, museos y observatorios reproducen las formas arquitectónicas de las barracas. Por otro lado, y en un orden privado algunas empresas http://www.barracadesalvador.com/es/ ofrecen la posibilidad de construir casas y casetas con estos materiales vegetales, adaptándolas ya a otras necesidades de ocio, alojamiento rural o segunda residencia.
Carteles publicitarios. |
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