sábado, 11 de enero de 2014

La choza del Cerro de los Aviones y su rehabilitación.

Este ejemplo, representa un magnífica iniciativa privada digna de mención en cuanto a la responsabilidad que deberíamos tener todos, por la conservación de nuestro patrimonio etnográfico. 

Esta choza, fue rehabilitada por su actual propietario José García Cabello hace ya unos años; quien gentilmente nos ha proporcionado abundante información y fotografías. Se trata de una choza de tipología mixta y de planta  circular. Las ruinas de su zócalo de piedra, ya sin la cubierta vegetal, se mantuvieron durante décadas en este paraje del término municipal de Villaviciosa de Córdoba, dentro de la Sierra Morena. 

Estado de las ruinas antes de su restauración.
Cortesía de José García Cabello.


Aspecto actual de la choza.
Foto RPJ-2013.


Según nos cuenta, en esta choza vivió una familia del pueblo que se dedicaba a diversas actividades agrícolas, ganaderos y forestales, como forma de subsistencia. Probablemente criaran cerdos y tuvieran abejas para miel.  De hecho, aparece en sus proximidades las ruinas de un antiguo colmenar de piedra y planta cuadrangular, muy típico de esta zona de la sierra. También se aprecia justo delante de su asentamiento, lo que pudo ser una era, sustentada por un refuerzo de grandes piedras. Su antigüedad se podría estimar en mas de cincuenta años, no existiendo referencia cartográfica ni documental alguna sobre este asentamiento.

Para las tareas de reconstrucción, se contó con el trabajo de un antiguo conocedor local de sus técnicas. Francisco "Callaito", quien también realizó por esa época otra choza similar, pero de nueva planta, dentro de las instalaciones del Camping de Puente Nuevo.

El proceso de rehabilitación se inició con la limpieza y retirada de las piedras y tierra acumuladas en su interior, fruto del desplome de su horma de mampostería. Este albergue, tiene unos 4.45 metros de diámetro exterior, siendo su muro elevado originalmente con piedra tomada con barro en un grosor de 0.50 m. La planta exactamente circular, se nivela en una muy suave ladera, encontrándose su mitad norte levemente semienterrada.

Limpieza de su interior.
Cortesía de José García Cabello.

Posteriormente, se recreció el zócalo hasta una altura de 1.25 m., utilizándose las piedras originales (dioritas) y cemento para consolidarlas, dejando las llagas abiertas en similitud con la técnica de la "piedra seca". Se mantuvo su entrada original orientada hacia el SE, se abrió un pequeño ventanillo y algunas hornacinas a lo largo del perímetro interior. Igualmente, se instalaron las carpinterías correspondientes, en la entrada con doble hoja de madera, y con postigo en la ventana. 


Obras de recrecimiento.
Cortesía de José García Cabello.

La solera se recubrió de ladrillo cocido para hacerla mas limpia y confortable. Originalmente es probable que sólo tuviera un piso de tierra prensada, aunque algunas chozas similares eran recubiertas de losas de piedra, especialmente en el centro, donde se mantenía el hogar para cocinar y calentarse.

Solera de ladrillo.
Foto RLR-2013

En una segunda fase, se procedió a colocar la cubierta, en este caso, utilizando maderas de rollizo de eucalipto, varas flexibles y entramado de cañas para la armadura. 

Maderas recién cortadas.
Cortesía de José García Cabello.

Encuentro de los rollizos.
Cortesía de José García Cabello.


Recubrimiento con cañas.
Cortesía de José García Cabello.

Como planta de forro se utilizó el junco churrero (Scirpoides holoschoenus), cortado en su entorno y cosido en varias capas al entramado de las cinco líneas de varas horizontales. Para ello, en vez de cuerda se utilizó alambre de metal, haciéndose mas resistente al desgaste con el tiempo.

Primera tanda de juncos.
Cortesía de José García Cabello.

Resultado final.
Foto RLR-2013
Detalle interior.
Foto RLR-2013
Otro detalle.
Foto RPJ-2013

Mobiliario y ajuar.
Foto RPJ-2013

Quiero agradecer la inestimable colaboración de José García Cabello, su propietario, y de otras tantas personas que facilitaron en alguna medida el conocimiento de esta iniciativa: José Ángel Expósito y Alfonso Roldán Losada. Siempre imprescindible el trabajo en equipo con Ricardo Luque Revuelto.

2 comentarios:

  1. Que iniciativa mas buena la de recuperar un patrimonio perdido.
    Un saludo

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    1. Después de tantas ruinas desoladas vistas por la Sierra, da gusto ver un caso de todo lo contrario.

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