Aunque
este blog nació claramente con la intención de divulgar este patrimonio arquitectónico sólo a nivel provincial; desde un
principio dejaba una puerta abierta a otras provincias andaluzas, de
ahí su título: "Chozas de Córdoba, Andalucía". Inicio
esta serie de entradas a otros territorios, con un pueblo de la
provincia de Sevilla, llamado las Cabezas de San Juán. Destacar, que
gran parte de la documentación ha sido aportada por mi amigo
Antonio Jiménez Morello, buen conocedor e investigador de su
historia.
Este
núcleo urbano, representa un claro ejemplo de una tónica general
en muchos pueblos de Andalucía. Especialmente durante la postguerra,
muchas familias se vieron avocadas a ocupar terrenos públicos (vías
pecuarias y otros caminos) para construir expontáneamente sus
viviendas, en este caso “casas de choza”. También ha sucedido en las
últimas décadas, que la mayoría de estas chozas de tapial, fueron
remodeladas posteriormente por sus propietarios y convertidas ya en
casas tejadas.
Vista aérea de la población hacia la década de los 50 (s.XX). Cortesía de Antonio Jiménez Morello. |
Vista del Cerro Mariana y sus chozas. Cortesía de Antonio Jiménez Morello. |
Entre las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo, se documentan una serie de chozas tanto en las afueras como dentro de su propio casco urbano. En la zona llamada “Cerro Mariana”, en lo que hoy sería la Calle Valencia, se asentaron algo menos de una veintena de chozas dentro de lo que posiblemente fuera parte de la anchura de la “Cañada Real de Cádiz Sevilla”. También se cita alguna en cierta calle del interior urbano.
Choza en la calle Barrio Nuevo nº 36, en el año 1962. Cortesía de Antonio Jiménez Morello. |
También
existieron multitud de chozas en su termino, repartidas por distintas
fincas y parajes. La imagen mas reciente fue realizada por el
colaborador Antonio Jiménez Morello hacia 1998 en el “Estero
de Marina”,
donde aún se conservaba una construcción mixta de tapial y cubierta
vegetal.
Choza en el Estero de Marina. Cortesía de Antonio Jiménez Morello. |
En cuanto a las tipologías, se daban las entéramente vegetales, muy similares a los conocidos "ranchos marismeños" de Doñana, posiblemente realizadas con barrón (Ammphila arenaria) o castañuela (Scirpus maritimus L.), como esta, documentada por Luis Feduchi hacia 1978.
Exterior e interior de una choza. Fotos de Luis Feduchi hacia 1978. |
En otra variante, de planta rectangular, el zócalo de pies derechos se enfoscaba con barro y se pintaba con cal, haciendo unas paredes relatívamente consistentes. La cubierta, mas o menos apuntada se planteaba claramente a cuatro aguas.
Choza vegetal encalada. Cortesía de Antonio Jiménez Morello. |
Cubierta realizada posiblemente con barrón. Cortesía de Antonio Jiménez Morello. |
Y
especialmente frecuentes, las de tipo mixto de paramentos de tapial y
cubiertas de rollizos de madera forradas de paja u otras fibras
vegetales. Las de emplazamiento urbano, como las anteriormente
citadas, se construían alineadas y sobrepuestas unas sobre otras,
con una sola crujía y dos vertientes en su cubierta. Posiblemente
dispusieran de un patio o corral trasero hacia la caída del cerro.
En estas tres imágenes (posiblemente de la Calle Valencia) se aprecia ya la alternancia de chozas y casas tejadas. Fotos de (ALBAR, et al, 1991). |
Sobre el cuerpo principal se
anexionaban otros cobertizos complementarios y en muchos casos, se
hacía un emparrado para hacer vida en el exterior. También se
adornaban con plantas ornamentales en arriates y macetas.
Escena cotidiana de la vida en las chozas. Cortesía de Antonio Jiménez Morello. |
Otra choza del término. Cortesía de Antonio Jiménez Morello. |
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