viernes, 23 de marzo de 2012

Almiares

Con este nombre de tan clara resonancia árabe, se define una tipología de construcción efímera, con la funcionalidad del aprovisionar paja con que alimentar el ganado, durante los periodos de escasez de hierba. Se ubicaban a la intemperie en contraposición a los pajares construidos dentro de edificios. Puesto que permanecían expuestos a la lluvia, debían de impermeabilizarse adecuadamente. Así, se cubría su contenido con la propia paja, realizando un forro de haces grapados en técnica y formas similares a la empleada para las cubiertas de las chozas. Para ello, se hacían unas horquillas de hinojo, adelfa o viznaga, a modo de grapas. Se construían generalmente, en formas alargadas a dos aguas, llegando a ser en ciertas ocasiones de impresionantes dimensiones.


Almiar en Alcaracejos. Foto en (FLORES, 1979).

El naturalista Francisco Bernis[1], los cita como muy frecuentes en las campiñas de Córdoba y Sevilla, al describir estos peculiares soportes donde anidaban las cigüeñas blancas, hacia la década de los cincuenta del pasado siglo.


Almiar junto a cortijo campiñés.
Cortesía del Archivo Municipal de Córdoba.

A lo largo de este estudio, ya no se ha localizado ninguno, y probablemente ya nadie los haga, pero tenemos la referencia de una persona en el Barrio de la Estación (Guadalcázar), que hasta no hace muchos años se los hacía para el consumo de sus animales. En la zona de La Carlota y Fuente Palmera, se ha constatado que existían personas dedicadas específicamente a techar chozas y almiares. De Palma del Río, disponemos de una fotografía aérea donde en su margen superior izquierdo, se aprecian dos almiares de grandes dimensiones. Igualmente, en algunos de los cortijos y fincas de su entorno, se distinguen algunos con planta en forma de semicírculo, e igualmente de gran formato, en la ortofoto del vuelo americano de 1956.


Vista aérea de Palma del Río, en 1950.
(www.ayto-palmadelrio.es).


[1] (BERNIS, 1981). La Cigüeña blanca en España.

3 comentarios:

  1. Menudo trabajo de investigación.
    Un saludo

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    1. Gracias Vértice. El otro día cuando nos conocimos no pudimos hablar mucho, con tanta gente y por el momento aquel, plantando árboles. Otro día, podríamos hacer alguna excursión etnográfica, histórica, ornitológica, o simplemente paseo por el campo.

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    2. Cuando quieras, solo tienes que darme un toque.
      Un saludo.

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