Al pensar en este tipo de arquitectura, generalmente la mayoría de la gente tiene una imagen estereotipada del término “Choza”. Es muy común, asociarla a una típica imagen de albergue tosco y aislado en los campos, vinculado siempre a la figura del pastor. Sin embargo, durante gran parte de nuestra historia reciente, la mayoría de las chozas se ubicaban en el interior del medio urbano, o en su defecto en el extrarradio. En muchos de nuestros pueblos, existieron un gran número de edificaciones con cubiertas vegetales, llamadas por algunos autores “casas de choza” o “casas de ramas”. En ciertas calles, se alternaban cubiertas de teja con techos de pasto.
Nueva Carteya. Foto en (ALBAR et al, 1991). |
Fuente Carreteros (Fuente Palmera). Cortesía de Antonio Jiménez Morello. |
Igualmente, tenemos en mente el prejuicio de asociar esta arquitectura con marginalidad y pobreza, y con ello suciedad y abandono, pero no siempre fue así. En la mayoría de los casos, estas viviendas, a pesar de sus “pobres” materiales, eran tan dignas y limpias como podrían serlo otras formas de arquitectura popular. Sus gruesos muros de tapial, recubiertos de forma obsesiva con capas de cal, eran tan limpios, frescos o cálidos como cualquier otra vivienda.
La condición social, pero sobre todo las posibilidades económicas y laborales de muchas familias, hacía, que la propia vivienda estuviera condicionada por la disponibilidad de materiales más o menos asequibles. De hecho, a medida que estas gentes podían permitirse mejorarlas, fueron reformándose, especialmente las techumbres, que eran sustituidas por recubrimientos cerámicos, más duraderos. Aparecen como un extremo, los albergues realizados con desechos (tablas, chapas, etc.), que ya podrían considerarse como verdaderas “chabolas”, concepto y realidad todavía hoy vigente en pleno siglo XXI.
La Paz (La Carlota) en 1966. Archivo Municipal de La Carlota. |
Choza en Montilla. Cortesía de Francisco Luque Romero. |
Pasada ya la segunda mitad del siglo XX, en la propia capital de Córdoba, y otros núcleos importantes, estos focos de marginalidad, fueron siendo sustituidos por las autoridades de la época, por otras formas de viviendas. Destacar el caso de las “Casas Túnel”, en Palma del Río, o la urbanización de las barriadas de Fray Albino, El Naranjo y Zumbacón en Córdoba, y otros como “Monte La Vieja” en Fernán-Núñez, “Casas Baratas” en Belméz, “Los Mochos”, en Almodóvar del Río y la “Colada de la Redonda” en Posadas, entre otros.
LLano de las Eras (Palma del Río) en 1950. Foto en (www.ayto.palmadelrio.es) |
Barrio de Fray Albino (Córdoba) en 1949. Fundación Cajasur. |
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