domingo, 17 de junio de 2012

La planta y su forma (II).

Centrémonos ahora en la llamada “casa circular”; forma utilizada desde tiempos inmemoriales, cuando en la Prehistoria  los primeros humanos empiezan a tener la necesidad de resguardo, tras abandonar las cuevas. Tanto en los refugios vegetales, como en las chozas estables con alternancia de piedra/tierra con cubiertas vegetales, la forma curva, optimiza su mínimo esfuerzo constructivo con una gran solidez.




Exterior e interior de una choza de pastores en Conquista.
(ALBAR, et al, 1991).

Atendiendo a los materiales, para los pequeños refugios temporales enteramente vegetales, los entramados flexibles de varas de árboles, permitían una rápida y aceptable solución curva, creando un albergue desmontable e incluso transportable; y los de estructuras rígidas de troncos, un gran volumen diáfano multifuncional. Sus usos, estaban principalmente ligados a actividades nómadas o temporales (pastoreo, carboneo, etc.).

Centrándonos en la geografía provincial, son múltiples las variantes documentadas. Así, entre las circulares, encontramos las totalmente “regulares”, trazadas con una cuerda que gira desde un punto central en el suelo; y las “irregulares”, planeadas a “sentimiento”, sin ningún tipo de esquema previo. Aparecen por otro lado, otras basadas también en fundamentos geométricos, como la elipse y el óvalo.



Ejemplos de circulares "regulares".
Belalcázar y Santa Eufemia.


Estas últimas, se dibujaban sobre el suelo, con dos focos y radios iguales o en algunos casos diferenciados, uniendo los dos ábsides con tramos rectos. También era frecuente la alternativa elíptica, que igualmente se dibujaba con el movimiento de una punta que bascula sobre una cuerda sujeta sobre los dos focos.

Ejemplos de ovaladas y elípticas.
Santa Eufemia y Torrecampo.

Las distintas opciones, vienen condicionadas por la especialización de sus constructores. Las circulares “regulares”, bien minerales cupuliformes o mixtas cónicas, eran encargadas por los propietarios de las fincas, a albañiles y canteros, siendo sus proporciones y ejecución bastante exactas. Por el contrario, es de suponer, que otras formas irregulares eran fruto de una autoconstrucción de sus moradores.



Ejemplos de curvas "irregulares".
Espejo, Zuheros y Fuente Obejuna.

Como buena arquitectura vernácula que se precie, es de reseñar la enorme variabilidad de formas, siendo algunas de ellas el resultado de la necesidad de espacios funcionales. Por esta razón, es muy frecuente que sobre una estructura original se fueran ampliando habitáculos en forma de lóbulos, para atender por ejemplo, la ampliación de una familia, el cobijo de animales, almacenes, etc.

Dibujos del autor.

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